martes, 3 de julio de 2007

Quedarse quieto

- A las 6 en la cafetería de la estación- decía su mensaje.

Era fácil reconocer la voz de Bill, mi hermano mayor. Según decía pararía unas horas en la ciudad antes de coger el tren de vuelta a casa. Hacía unos años que no nos veíamos, desde que dejó la Universidad.

- No tienes buen aspecto- dijo nada mas verme- ¿Y tu estúpida cara de niño feliz?

- No habrás venido aquí solo para joderme ¿verdad?- le contesté mientras le abrazaba.




Estaba acostumbrado a sus jocosos comentarios de tío duro. Era el Matt Dillon de las películas, caía bien era inevitable.

- Recibí llamada de mamá- al parecer andan preocupados por ti.



- ¿Preocupados? Hmm, ellos siempre andan preocupados, viven preocupados, ya sabes, por lo que pasó, por lo que pueda pasar… Es su forma de estar entretenidos, viviendo siempre alerta.

- No seas muy duro con ellos.

- ¿Alguien pidió un café sólo por aquí? – dijo la camarera interrumpiendo.

- ¿Un café solo? ¿Mi hermanito? ¿A ti que demonios te pasa?

- Ya ves, se me agrió el carácter. Y tú cuenta, ¿sigues trabajando para la revista?

- Me gusta tener motos cerca, ya me conoces, solo eso.

- ¿Y por lo demás?

- Bien, un poco como siempre. Déjate de bobadas, y cuéntame a qué se debe esa cara.

- No sé, estoy cansado.

- ¿Cansado? ¿Desde cúando?

- Cansado. Cansado de dar un paso y pisar la baldosa equivocada. De saltar dos, pisar la siguiente y comprobar que no acertaste de nuevo. De que alguien sonría ofreciéndote los dados para volver a tirar y comprobar que volviste a pisar en falso.

De repente parece que es más seguro quedarse quieto, ¿no crees?

- Hmmm, eso hermanito o aprender a poner el culo.

- Claro, poner el culo.

- Joder tío, no te entiendo. ¿De verdad pensabas que iba a resultar fácil? Incluso cuando todo va bien siempre hay algo que anda jodido. No hay forma de librarse, es parte del juego. No hay mucho campo de acción, no consiste en correr, ni en llegar el primero. Las cosas pasan porque sí, aprende a asumirlas.

- Sí , supongo que tienes razón, lo que pasa es que ya ha dejado de importarme.

- ¿Qué planes tienes?

- Ninguno. Pedirme otro café, quien sabe hasta puede que me pida una cerveza.

- Haces bien. Tómatelo con calma.

- Sí, con calma.








2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta, me recuerdas a mi cuando era joven y empecé a escribir, me recuerdas también a mi amigo John, él sí que era bueno, el mejor de la costa oeste, pero tú eres aún mejor, más puro, más nítido, menos sucio, más real que nosotros, mucho más certero y punzante. Ya no te sobra ni una palabra, escribes desde el precipicio, sin concesiones a lo superfluo como si compraras la tinta a gotas y no pudieras malgastarla. Te has colocado en lugar sin retorno. Me recuerdas también a Sam, él sigue escribiendo, dicen que es muy bueno, ahora hace cine, claro, palabras destiladas. Los dos sois capaces de levantar un universo con tres frases. Me encantaría invitarte a un whisky, lástima que yo esté muerto y tu solo bebas café solo.

Anónimo dijo...

Simplemente genial, me gusta !