jueves, 15 de marzo de 2007

Un cuento malo. Malísimo.


- Ding Dong.
Alguien llama a mi puerta. La abro y me encuentro a un hombre que quiere hacerme una foto para vendérmela. Me da igual, pero como soy un morboso y tiene dos ganchos como manos decido que entre.
- ¿Querría que le hiciera una foto?
- No lo sé, pero si quiere le invito a un café.
- Muy bien, pero no crea que por ello va a convencerme para que no le venda la foto.
- ¿Sabe que estoy solo? Mi mujer se llevó a los niños hace un mes y todavía no se nada de ella. Lo llevo muy mal.
- Pues que quiere que le diga, yo solo he venido a hacerle una foto, no a que me cuente su vida.
- Ya, pero ya que le invito a café.
Le serví su vaso.
- ¡Oiga! ¿No ha visto que no tengo manos, por qué se queda usted con la taza con asa y me da este vaso sin ella? ¿Acaso tiene curiosidad de ver como me las apaño?
- Pues mire, si con ello me alegra el día.
Total, que le veo desabrocharse los zapatos. Quitarse los calcetines y uniendo los dos pies entorno al vaso, bajo mi más absoluto inmenso asombro, se bebió el contenido de un golpe.
- ¿ve como para ciertas cosas no hacen falta lo que echamos en falta?
Y me hace una foto, que coge con la boca y se pone a agitar con un temblor de cabeza, para que le diera el aire y que secara lo más rápidamente el positivado.
- Ahí tiene su foto. Es gratis.
Y se largó.
Cuando miro la fotografía, encontré a mi imágen sin ojos y me dije:
- Pues vaya... bien es cierto que no hace falta tener lo que echas en falta para hacer lo que quieres.
Así que cogí el teléfono y llamo a mi mujer. Al día siguiente la tuve de nuevo a mi lado.
Ya ves tu.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A petición, lo publico, por que malo malo es. Pero buenas risas nos produjo. (hay que haber leido el cuento de Carver)

Anónimo dijo...

Muchas gracias, creo que no me había reído tanto hace meses. Lo voy a disfrutar otra vez.

Anónimo dijo...

Qué genial! Un cuento horrible, es muy divertido. Cuando me acuerdo del tiempo que estuvimos analizándolo..Je, je...