sábado, 17 de febrero de 2007

Felicidad en la sauna vacía

Mi sauna es mi confesionario. Hago una vida de rutinas y prisas, y por culpa de Michel Houllebecq voy al gimnasio a oponer resistencia al declive de mis cuarenta años. Cuando termino de jugar con los aparatos que mueven mis músculos minúsculos, me premio con diez minutos del calor agobiante y vaporoso de ese templo callado de madera. Repaso mi vida, pongo en orden las cosas que me preocupan, y si en ese momento no hablo con Dios es porque no creo mucho en Él.
Hay días en que me quedo en blanco, como la toalla grande sobre la que me tumbo o la pequeña que me tapa decentemente la entrepierna. Mi mente se deshace en el sudor, y se pasan diez minutos sin que me dé cuenta de dónde estoy, mirando a un techo de madera y relajándome sin saber muy bien si soy yo o me he fundido por fin con el silencio cálido y húmedo que me cubre.

7 comentarios:

Déjame contarte... dijo...

¿Quién cojones es Michel Houllebecq?

¿Acaso es la estrella de los programas nocturnos de televenta, la misma que promociona aparatos de musculación como el AB Isolator, para fortalecer los abdominales?

Anónimo dijo...

Así que eres tú!! no te había reconocido. Te vi esta mañana, te leí y hasta te releí. Me gustó mucho tu oasis en medio del desierto, y sí, sí vi la felicidad en una sauna vacía. Me alegro mucho de verte por aquí, deberíamos hacer de esto una bonita costumbre.

Anónimo dijo...

Juan! acertaste de lleno con lo de Houllebecq, quien podía ser si no!

Anónimo dijo...

1. Michel Houllebecq es mi ídolo
2. Gracias por leer y por comentar
3. Lo de publicar mola casi más que lo de leer en clase...

Anónimo dijo...

Leo,según tu ídolo:
"El psicoanálisis es una teoría que ya no tiene muchos adeptos. Es una fuente de ridículos que nos puede llevar a crear narraciones bastante locas. A gente ya no cree tanto en ello. Es algo en vía de extinción. De todas formas, existen otras capas del cerebro humano en las que son aplicadas otro tipo de teorías"
¿Estás de acuerdo con él?

Anónimo dijo...

Tiendo a estar de acuerdo en casi todo lo que dice Houllebecq, que no sé si habrá pasado por las rutinas del psicoanálisis, por mucho que se distancie. En sus libros siempre hay alguna joya dogmática con la que no es fácil estar en desacuerdo. Como esta:
"...la adolescencia no sólo es una etapa importante de la vida, sino que es la única etapa en la que se puede hablar de vida en el verdadero sentido del término. Los atractores funcionales se desenfrenan en torno a las trece años y luego disminuyen poco a poco, o más bien se resuelven en modelos de comportamiento que a fin de cuentasan sólo son fuerzas petrificadas. La violencia del estallido inicial hace que el resultado del conflicto pueda ser incierto durante años, es lo que se llama, en electrodinámica, un régimen transitorio. Pero poco a poco las oscilaciones se vuelven más lentas hasta convertirse en ondas anchas, melancólicas y dulces; a partir de ese momento ya está todo dicho, y la vida no es más que una preparación a la muerte. Lo cual puede expresarse de forma más brutal y menos exacta diciendo que el hombre es un adolescente disminuido"

Anónimo dijo...

y según Houllebecq, si el hombre es un adolescente disminuido... cuando tenemos las crisis de los 30, los 35 y los 40, la forma de recuperar ese estallido es mediante las operaciones de cirugía, el gimnasio, la compra de la moto... Algunos están provocando un estallido constante. Inmaduros o renovados. OEL et OEL